Las operaciones que conducen al desarrollo
normal del niño, y que son la ayuda que puede ofrecer un adulto para que se
construya o aprenda por sí mismo, son las siguientes:
- Preparar en el aula un ambiente confortable, agradable y
estético de cara al niño.
- Disponer o preparar materiales sensoriales y simbólicos de
acuerdo con los periodos y etapas de desarrollo del niño.
- Permitir al niño la elección espontánea de esos materiales para
que realice sus actividades de forma autónoma, y en el lugar y modo que escoja
libremente.
- Aplicar, en la presentación de los materiales o de sus
cualidades, la lección de los tres tiempos, siendo parcos en palabras.
- Presentar a cada niño la forma de trabajar con el material que
se estime adecuado, evitando explicaciones innecesarias. El niño tiene
dificultad en entender el lenguaje verbal y gestual del adulto.
- Observar el trabajo del niño, de cada niño, anotando las características
de su ejecución.
- Evitar interrumpir el trabajo del niño atento y concentrado, y de corregir sus
errores verbalmente. Si es preciso, repetir ante el niño el uso correcto del
material, o dirigir, de algún modo, su autocorrección.
- No aplicar ni premios ni castigos para estimular o para
corregir conductas y tareas realizadas.
- Componer materiales que permitan, siempre que sea posible, la aplicación
de varios sentidos en la ejecución de la actividad.
- Observar y analizar el uso que el niño hace de esos materiales para incorporar mejoras y dirigir mejor su presentación.
- Tener por norma, en la construcción y preparación de materiales, los
siguientes principios:
- Aislar o limitar el
contenido de aprendizaje o la dificultad que se presenta.
- Jerarquizar el
contenido de menor a mayor dificultad o complejidad.
- Analizar el contenido y
establecer sus partes o pasos, tanto desde el punto de vista lógico como
psicológico.
- Incorporar al material
y a la actividad el control de error o la autoevaluación correcta.