«El niño, con su enorme potencial físico e intelectual,
es un milagro frente a nosotros. Este hecho debe ser transmitido a todos los
padres, educadores y personas interesadas en niños, porque la educación desde
el comienzo de la vida podría cambiar verdaderamente el presente y futuro de la
sociedad. Tenemos que tener claro, eso sí, que el desarrollo del potencial
humano no está determinado por nosotros. Solo podemos servir al desarrollo del
niño, pues este se realiza en un espacio en el que hay leyes que rigen el
funcionamiento de cada ser humano y cada desarrollo tiene que estar en armonía
con todo el mundo que nos rodea y con todo el universo».